viernes, 27 de marzo de 2015

Cómo armar nuestra biblioteca digital (Guía práctica)


Reproducimos a continuación partes de un artículo de La Nación Tecnologia.
Es bueno estar enterado de las posibilidades que nos ofrecen antes de comprar libros digitales, el subrayado es nuestro.


Cómo armar nuestra biblioteca digital (Guía práctica)
Qué se necesita para disfrutar de un libro electrónico. Los lectores especializados y el software para leer en cualquier tablet o el teléfono celular. El formato ePub y el control de copias. Las librerías que ofrecen contenido en español
Por Ricardo Sametband  | LA NACION



Ver más fotos Foto: SIMON CHAVEZ
(…)
¿Qué son estos formatos? Aunque los e-books existen hace ya tiempo, fue recién en la última década en que se popularizaron los lectores de libros electrónicos, dispositivos orientados específicamente a la lectura de textos, y que usan pantallas especiales, de bajo consumo de energía y gran visibilidad, ya que no tienen luz propia y por lo tanto no cansan la vista.
El ePub es un estándar abierto compartido por varias compañías; el AZW, el formato elegido por Amazon para su lector Kindle, el más popular hoy desde su lanzamiento en 2007. Son, junto con el PDF (y eventualmente el documento de Word) las opciones más tradicionales para tener un libro digital y leerlo en un dispositivo compatible.
Los lectores de e-books se dividen en dos grupos. Por un lado están los dispositivos: los Kindle de Amazon, los Papyre que Grammata vende en la Argentina, los Nook de Barnes&Noble para Estados Unidos, la línea Reader de Sony y otros. No hacen mucho más que permitir leer los textos digitales. Algunos suman un reproductor de música y un navegador Web básico; y herramientas para anotar los textos o buscar palabras en el diccionario interno. Usan pantallas de tinta electrónica que en general rondan las 6" de tamaño.
Por otro lado, están los lectores en forma de software, ya que no hay nada que impida que una computadora de propósito general (como una PC, una tablet o un smartphone) se comporte como un lector de ebooks.
Microsoft fue pionero con su software Reader, disponible a principios de la década pasada, compitiendo con Mobipocket ( www.mobipocket.com , todavía en uso), que provee software para móviles con sistema operativo BlackBerry, Symbian o Palm OS.
Pero están lejos de ser los únicos. Amazon ofrece gratis su software Kindle para las plataformas más populares (Windows, Mac, iOS, Android, Windows Phone 7 y BlackBerry;www.amazon.com/kindle ) y un lector basado en la Web. Todos permiten adquirir los títulos que ofrece en su tienda. Usa un formato propietario, así que los libros comprados allí sólo se pueden usar en el Kindle (físico o virtual).
Apple, por su parte, tiene su tienda y software iBooks, que usa el estádar ePub (y admite PDF). La compañía, además, presentó la semana última iBooks Author, una suite de herramientas para crear libros para su plataforma (su formato está basado en ePub, pero no es compatible con otros dispositivos).
El formato ePub funciona también en los dispositivos de Grammata y en la tienda y aplicación Kobo ( www.kobobooks.com/smartphones ), gratis para iOS, Android y BlackBerry (móviles y tablet, en los tres casos).
Aldiko ( www.aldiko.com ), por su parte, es un software gratis para leer ePub y PDF en Android. Para móviles con Symbian^3 y para el Nokia N9 está FBReader ( www.fbreader.org ), que también tiene una versión para Android y para más sistemas operativos.
Una alternativa experimental es Bookworm ( http://bookworm.oreilly.com, gratis), un lector online: se cargan los libros en formato ePub en un sitio y se accede a él desde una PC, una tablet o un smartphone usando el navegador Web del dispositivo.
Para la PC y la Mac también está Adobe Digital Editions (www.adobe.com/es/products/digitaleditions/ , gratis), una herramienta esencial para administrar los libros digitales, que también puede funcionar como lector.

Comprar libros
Adquirir un libro electrónico es sencillo. El Kindle permite comprar las obras desde el mismo dispositivo; tiene un listado organizado por género, y un buscador, y la compra se hace con un clic y una confirmación. Funciona en la Argentina, aunque requiere una tarjeta de crédito de validez internacional. Algunos modelos de la línea Papyre de Grammata también permiten esto.
Uno de los elementos atractivos del Kindle es que la biblioteca se sincroniza a través de todos sus dispositivos, y permite retomar la lectura si se cambia de equipo (del lector al smartphone, por ejemplo) sin perder la página en la que estábamos. Una de las contras para nuestro país es que la oferta en español es exigua.
La tienda de Apple funciona de manera similar, con la ventaja de que usa el formato ePub, lo que permite mover el libro de un dispositivo iOS (una iPad) a otro, como una tablet o un lector de e-books de otra marca.
La mencionada Kobo ( www.kobobooks.com ) permite comprar libros en formato ePub, que se sincronizan con el software que provee la tienda. Es posible adquirir los libros desde la aplicación instalada en una tablet o smartphone. Google tiene su tienda (http://books.google.com), pero en el país sólo ofrece contenido gratis.
También hay librerías con contenido en español: la de Grammata ( www.grammata.com.ar ), Bajalibros ( www.bajalibros.com , que también tiene una aplicación para dispositivos Android), Librerías Santa Fe ( www.lsf.com.ar ), Boutique del libro ( www.boutiquedellibro.com.ar ), la tienda de Movistar ( https://ebooks.movistar.com.ar , no es necesario estar abonado a su servicio), Musimundo ( www.musimundo.com.ar ) y Todoebook ( www.todoebook.com ), entre otras. En el sitio El Club de Ebook ( www.clubdelebook.com/descargas/ ) hay, además de otros recursos, una lista de sitios con libros gratis, en español y legales.
En las librerías mencionadas es posible comprar un e-book, descargarlo a la computadora y luego sincronizarlo con el dispositivo en el que lo queremos leer. El proceso de compra es similar al de cualquier otro objeto en un sitio de comercio electrónico; una vez que elegimos el título que queremos, deberemos registrarnos e ingresar los datos de la tarjeta de crédito. Los abonados al servicio de banda ancha de Speedy pueden cargar la compra de libros a su factura mensual o pagarlo con su cuenta de Telefónica o Movistar. Grammata y Bajalibros admiten, además de la tarjeta de crédito, el uso de servicios como Pago Fácil o Rapipago; las tiendas Librerías Santa Fe y Boutique del Libro usan también el servicio DineroMail.
Antes de la adquisición, sin embargo, habrá que instalar en la computadora el Adobe Digital Editions y crear un usuario de esta aplicación. Lo que hace la aplicación de Adobe es gestionar los derechos sobre el libro electrónico, ya que hay dos tipos de e-books: los que no tienen control de copia (por lo general, textos de dominio público) y los títulos comerciales, que sí suelen tenerlo, y que limitan la sincronización del contenido a seis dispositivos. La creación de un usuario en el servicio de Adobe servirá, además, para validar una compra si falla el disco rígido de la PC.
Cuando se quiera comprar un libro desde una tienda online, habrá que registrarse en el sitio correspondiente (para que tome los datos de nuestra tarjeta y demás) y luego, al cliquear en el botón de descarga del libro, se debería abrir el Adobe Digital Editions (ADE) y mostrar el libro en su biblioteca. Si lo que ofrece el sitio es un archivo URLLink.ASCM, hay que pedirle a Windows o a OS X que lo abran con el ADE.
Así aparecerá en nuestra biblioteca digital el libro. Al conectar vía USB un lector compatible (incluyendo un smartphone o una tableta con una aplicación instalada) aparecerá en la lista del ADE, y será cuestión de elegir los títulos comprados para copiarlos hacia o desde el dispositivo, sin importar si vienen de tiendas diferentes. La ventaja de las aplicaciones o dispositivos que tienen su tienda incorporada (como Kindle, iBooks o Kobo) es que simplifican este proceso.
La mayoría de los lectores admite PDF, documentos de Word, páginas HTML, archivos de formato PRC (para los libros de los antiguos equipos de Palm) y otros formatos más esotéricos de libros electrónicos..

lunes, 16 de marzo de 2015

Ser librero: el ferviente oficio de leer y compartir con generosidad esa pasión Por Natalia Blanc | LA NACION


En la ciudad con mayor cantidad de librerías del mundo -467, reportó el estudio World Cities Culture Forum 2014-, conviven libreros de toda clase. Están los tradicionales, formados en la época en la que no existían las computadoras ni las compras por Internet; los multidisciplinarios, que sumaron a la oferta tradicional de libros otras propuestas culturales, como conciertos, muestras de arte, talleres y charlas abiertas con escritores, y los amantes de la literatura que adoptaron el oficio como forma de vida. Aunque en el catálogo está también el vendedor desinformado que sólo conoce los best sellers de turno, la característica común para identificarlos es la pasión por la lectura. Débora Yánover, Fernando Pérez Morales y Francisco Garamona representan tres modelos actuales de libreros, de esos que el cliente agradece encontrar cuando entra a una librería.
Orgullosa de pertenecer a la vieja escuela, Yánover heredó el amor por el oficio de su padre, Héctor Yánover, que fundó la Librería Norte en 1961.Creció rodeada de libros, en un ambiente intelectual, y de chica creía que era natural que en todas las familias hubiera libreros. En 1989, cuando su padre fue designado director de la Biblioteca Nacional, ella se puso al frente de Norte. Y quedó a cargo definitivamente en 2003, cuando murió el fundador.
Con el paso del tiempo, más que cambios estructurales en el oficio hubo cambios operativos. "La incorporación de la computadora al negocio sistematizó algunos procesos; además, la cantidad de títulos disponibles aumentó enormemente y sin una computadora sería imposible retener la multiplicidad de títulos en el mercado", advierte ella. Lo que no cambió es la dedicación y la felicidad de trabajar con esos objetos preciados: "Cuando, después de muchos años, tenés el mismo entusiasmo al abrir una caja donde están los títulos que esperabas; cuando esos libros te dicen el nombre de las personas [tus clientes de cada día] a quienes vas a recomendarlos, entonces sos librero". Tal como le legó su padre, quien se dedica a vender libros debe ser, ante todo, un gran lector. "Un lector apasionado -destaca Yánover-, capaz de transmitir su pasión a los clientes."
Su visión coincide, por supuesto, con los otros dos entrevistados. Garamona, dueño de la librería La Internacional Argentina, de Villa Crespo, no concibe que se ejerza el oficio sin devoción. "Para mí, ser librero es tener la posibilidad de comprar libros, que es una de mis grandes pasiones. Soy un lector y comprador compulsivo de libros. Y tuve que poner una librería y una editorial para poder darme este lujo [sin que me echen de mi casa] y hacer del placer un trabajo. Muchas veces, compro ejemplares que ya tengo en mi biblioteca. Poder comprar el mismo libro que me fascina cinco veces, y transmitirle esa fascinación al lector, al visitante, eso es ser librero."
Editor del sello independiente Mansalva, antes de abrir la librería, Garamona tuvo un puesto en una feria de compraventa. Por algo define a La Internacional Argentina como una librería de usados y de autor. "Es que lo mío son los libros, atemporalmente hablando. Creo que, como todo oficio, en un punto no cambia. Es algo parecido al ebanista: siempre se tallan las mismas maderas, aunque cambien las vetas. Nuestra librería, aun siendo absolutamente moderna, es bastante tradicional."
Con treinta años en el rubro, Fernando Pérez Morales, de la Boutique del Libro de San Isidro, no duda cuando dice que la principal virtud de un librero reside en respetar el deseo del cliente. "Me molestan mucho los vendedores que quieren darle al cliente lo que ellos quieren y no lo que él quiere leer." Ubicada a tres cuadras de la estación de tren y a dos de la Catedral, la sucursal de la Boutique de Pérez Morales es una de las primeras de una red de librerías con perfil cultural que en los últimos años llegó a Ushuaia, Puerto Madryn y El Calafate. "La Boutique se transformó en un centro cultural para el barrio, con espacio para toda clase de artistas. Es un emprendimiento independiente y pluralista. Mi relación con la clientela lleva 32 años. Crecimos juntos, nos conocemos por nuestras historias, nuestros hijos e incluso nuestros nietos. Yo siento que todos los días, en forma discreta, la clientela agradece que la Boutique esté en San Isidro. Y yo también soy un agradecido, porque me han respetado más allá de no pensar igual sobre muchos temas."

País de lectores

Con una de las tasas de lectura más alta de América latina, en la Argentina el 56 por ciento de los habitantes lee por lo menos un libro por año. Y los que leen prefieren las historias en papel que en sus versiones digitales. Según los resultado de la última encuesta anual de consumos culturales, apenas el 8 por ciento de los lectores utiliza un e-book o similar. Este dato implica que los argentinos son asiduos clientes de las librerías. Y por eso mismo el rol del librero sigue siendo tan significativo.
Dice Garamona: "Las virtudes de un librero deberían ser las mismas que las de un amigo. La amistad es no engañar y ofrecer siempre lo mejor. Un librero deber crear una biblioteca personal, pero para los otros. Compartir, iniciar a los más jóvenes en ese camino de placer. Y estar abiertos los cinco días de la semana, aunque no pase nada".
A diferencia de lo que puede suceder en locales de grandes cadenas o en los shoppings, donde muchas veces la cara del vendedor no puede disimular su desinterés por la consulta, en librerías como Norte, La Internacional Argentina y la Boutique del Libro quienes están del otro lado del mostrador saben de literatura universal, clásica y contemporánea.
"En nuestro equipo -cuenta Yánover-, hay libreros filósofos, poetas, el que conoce bien el territorio psi, el especialista en literatura infantil, el que escribe y lee narrativa. Así, la información y las recomendaciones circulan entre todos. Nos apoyamos, también, en la escucha y el gran aporte de nuestros clientes, que nos hacen descubrir perlas en un mar de libros que llegan como olas y, a veces, se van sin haberlo notado. Esa relación es nuestro tesoro."
De la cantidad de anécdotas reunidas en tres décadas, que demuestran la importancia del vínculo entre unos y otros, Pérez Morales resalta una desopilante: "Hace poco vino una señora muy fina, se acercó al mostrador y casi murmurando me pidió: «Malbec», de Shakespeare. Nos miramos en silencio con los chicos y, respetuosamente, fuimos a buscar Macbeth a la estantería. Cuando la señora vio el libro, notó su error, esbozó una sonrisa y agradeció la discreción".
La señora Malbec quedó en la historia de la librería al igual que "El cántaro paja hasta morir", como rebautizó un cliente al famoso título de la australiana Colleen McCullough. "Hasta hoy -confiesa Pérez Morales- si queremos buscar El pájaro canta hasta morir en la computadora tipeamos «El cántaro paja»."
No es lo mismo ser librero con computadora o sin ella. Antes todo estaba en la memoria y ése era el verdadero archivo, pero hoy la computadora te dice todo: si lo tenés, si lo conseguís, dónde está ubicado. Pérez Morales va incluso más allá. Para él, el trabajo puro de librero se transformó con la evolución del negocio en una gestión cultural. "Hoy en día no te alcanza con ser lector: la Boutique tiene movida cultural. Me muevo en ese espacio tratando de armonizar todo lo que pasa adentro, aunque la vedette sigue siendo el libro."
Entre los autores que visitaron su casa de San Isidro (Saer, Galeano, Sabato, Saramago), Pérez Morales recuerda con especial cariño al chileno Pedro Lemebel, fallecido recientemente. "Llegó tarde, en un remise, con una hora de retraso. Cuando bajó del auto, espió el barrio y me dijo: «Mucho verde, a mí me gusta el cemento». Usaba tacos y una boa que lo abrigaba, entró al local desconfiado, como asustado, como alguien que lo pasó realmente mal y no podía sacarse el miedo de los ojos. Una vez que se relajó [y después de un buen tinto] dio una charla increíble. Fue uno de los mejores asados que disfrutamos en la Boutique."
Como a sus colegas, a Garamona le gusta recomendar lecturas a los clientes. "Uno sueña sus sueños y cuando encuentra tal o cual libro que sabe que buscan o que buscarían, lo compra y atesora hasta el momento del encuentro con esa persona a la que está destinado. Hay una relación íntima y a la vez misteriosa, hecha de vidas diferentes. Gente que muchas veces no tiene nada que ver con uno, pero que a la hora de elegir, se establece un vínculo estético que puede durar para siempre, en una espiral de esa galaxia llamada libro."

 
 
Fernando Pérez Morales, 56 años
"Hoy no alcanza con ser lector: el librero se convirtió en un gestor cultural
Domingo 15 de marzo de 2015 | Publicado en edición impresa

 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...