lunes, 29 de junio de 2009

¿Qué leen los libreros? Marcelo Bernstein / Librería Paidos



Mis comienzos en el mundo del libro fueron en 1978 en Librería Paidos; especializada en psicología, psicoanálisis y educación. Los primeros años transcurrieron en este oficio recomendando novedades psi y haciendo búsquedas de lo más complejas para redacción de tesis, presentación de casos clínicos y argumentación de papers académicos. Una aclaración: dentro del “ser librero”, el librero especializado es uno muy peculiar; es, prácticamente, un colega profesional del cliente en lugar de un vendedor de libros.
Recién en el año 1999, la librería se expande con la incorporación de la Librería Paidos del Fondo, donde además de la especialidad tradicional de la librería pasamos a tener una oferta de libros generales. Con esta anexión, se abre para mí el mundo de la librería general: es decir, la actividad de un librero en toda su dimensión.

Aquí me gustaría detenerme un instante sobre la definición del librero como aquel que recomienda libros a sus clientes. Sin duda, esto es un reduccionismo: las labores son muchas y muy complejas. Pero la esencia del oficio del librero es venderle al comprador el libro que el cliente satisfecho compra. Obviamente este cuento se completa con que previamente el librero debe haber comprado el libro a la editorial, debe haberse asegurado stock, etc., etc., etc., etc. Pero opino que lo que un cliente espera encontrar en la librería a la que va a comprar, es a ese librero, no a otro tipo de vendedor. A veces la situación se complica, ya que resulta que el cliente al que estamos atendiendo tiene gustos muy diferente a los de uno, y nos vamos dando cuenta en nuestras primeras sugerencias y preguntas para orientarnos en la selección y recomendación, que no nos gusta leer lo mismo. Por suerte, en la librería somos varios y para el gusto de ese cliente quizás haya algún otro librero que resulte mejor que uno para esta oportunidad.

De lo que he leído últimamente, que como verán no son sólo novedades, me gustaría recomendar algunos títulos. Henning Mankell es un autor de novelas policiales que me encanta. Y tiene, además, una vida muy particular. El Chino es un largo policial donde no aparece su clásico inspector, sino que incorpora una figura femenina que por casualidad queda involucrada en la trama. Fiel al estilo Mankell, paralelamente al género policial, relata interesantísimas historias sobre inmigración de chinos en USA y nos narra problemáticas de la China después de Mao.
También de Henning Mankell me encantó Zapatos italianos que no es policial, sino una historia de vida. La prosa de este relato me resultó atrapante. ¡Qué lindo que es leer un libro tan bien escrito! El argumento del libro es básicamente triste, de historias de vida muy solitarias, pero muy bien contadas. Vale la pena. Los dos títulos son editados por Tusquets.

Me gustó mucho Cineclub de David Gilmour, editado por Mondadori Sudamericana. Quizás, como tantas veces ocurre -a favor o en contra del placer de leer-, es un libro justo en el momento oportuno… Esto es lo que me pasó a mi con el texto. Es la relación de un padre con su hijo adolescente, con quien comparte horas y horas viendo películas. Cómo es esa relación, qué dudas y qué certezas se tienen de cómo educar a un hijo, qué es lo que se debe y qué lo que se puede: éstas son las preguntas que me planteaba el texto a medida que avanzaba.
Además, estoy leyendo, y lo recomiendo fuertemente, el libro de cuentos de Elsa Osorio que acaba de publicar Planeta Callejón con salida . Es una selección de cuentos de años atrás y otros relatos más recientes. Son cuentos básicamente muy bien escritos, historias duras algunas con toques de humor.

Por último, a raíz de la película, volví a leer El lector de Bernhard Shlink que editó Anagrama, hace ya unos cuantos años. Me gustó más esta segunda lectura, pese a perder el efecto de la sorpresa al conocer la historia. Encontré en la relectura el placer de leer tranquilo, con calma, en detalle, que no tuve en la primera que tanto me atrapó. Lo leí de un tirón esperando ansiosamente el desenlace. Recomiendo a quienes no la leyeron, que lo hagan: es una historia breve pero con muchísimos condimentos que lo hacen un gran libro. Y para quienes ya lo leyeron, quizás con la segunda lectura encuentren lo mismo que descubrí yo.
 
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